Periodo de Organización Nacional o República Conservadora
Se suele denominar así al período de la historia de Chile que transcurrió desde el fin de la Revolución de 1829 hasta el período del presidente Manuel Montt(1860).
Fueron tres décadas en las cuales se establecieron las bases de la organización republicana, en especial en sus aspectos políticos. A partir de 1833 Chile contó con una Constitución que se mantendría vigente hasta 1925.
El país se encontró, entre 1830-1850, en mejor posición para enfrentar las tareas económicas, pues alcanzó un grado importante de estabilidad política durante estas décadas.
Evolución Política del Periodo
El ascenso de Joaquín Prieto y las nuevas tareas de Portales.
Las elecciones de 1831 fueron abrumadoramente favorables al general Joaquín Prieto, quien asumió como Presidente de la República mientras Diego Portales era designado para ocupar la Vicepresidencia, cargo que finalmente rechazó.
A través de las nuevas autoridades, la elite aspiraba a resolver el problema de encontrar una fórmula gubernamental viable para la nueva república, empleando cauces institucionales pragmáticos.
La organización de la nación fue fruto del trabajo de muchos hombres. Aunque suele reconocerse a Diego Portales como "constructor" del sistema político chileno, su principal mérito es haber impuesto el principio de autoridad, definido por él de esta manera en una carta personal:
"La República es el sistema que hay que adoptar, pero ¿sabe cómo yo la entiendo para estos países? Un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y las virtudes...".
Diego Portales.
Miembro de la élite, nació en Santiago en 1793. Sus padres fueron José Santiago Portales y María Palazuelos. Educado en el Colegio Carolino y el Instituto Nacional, abandonó sus estudios para dedicarse a ensayador de la Casa de Moneda.
Viudo a los 28 años, tras un período depresivo en su vida en el cual intentó inútilmente ingresar al sacerdocio, viajó por negocios a Perú. A su regreso a Chile era un hombre jovial, asiduo de saraos y chinganas, evasivo de los compromisos sentimentales y cada vez más interesado en los sucesos de la política nacional. Asociado con José Manuel Cea, Portales emprendió negocios en el Perú, estableciéndose en Lima y en el Callao (1822). Tras obtener regulares resultados económicos, regresó a Chile dos años después. En 1824, la sociedad Portales - Cea contrata el estanco del tabaco. A cambio del monopolio, la compañía se hacía cargo del préstamo que el gobierno de Chile había contraído en Inglaterra. El fracaso de la empresa y las acusaciones de fraude en contra de Portales, llevaron a éste a cuestionar la gestión del gobierno.
Tras un largo período de anonimato político, alcanzó protagonismo desde fines de la década de 1820 hasta su muerte.
Sus primeras intervenciones en la escena nacional estuvieron asociadas al grupo llamado estanqueros. Posteriormente, encabezó la revolución de 1829 y fue Ministro de los gobiernos de José Tomás Ovalle y de Fernando Errázuriz.
Durante la administración del presidente Joaquín Prieto Vial ocupó simultáneamente varias carteras, concentrando en sus manos un enorme poder. Además, fue intendente de Valparaíso.
La gestión de Portales para el desarrollo de la República estuvo inspirada en el realismo político. Alejado de teorías y formulas extranjeras, prefirió hechos y acciones antes que discursos, y procuró consolidar el orden, entendido como el respeto debido a la autoridad impersonal. Portales concebía el patriotismo como amor y entrega desinteresada por Chile. Creía en estadistas virtuosos, de férrea voluntad y capaces de imponer una vida pública ordenada. Confiaba más en la personalidad del gobernante, que en un régimen político y jurídico específico.
La obra de Diego Portales.
Varias fueron las medidas promovidas por Portales desde que comenzara su participación en política. Entre ellas pueden mencionarse: la renovación del régimen judicial y penitenciario, y la creación de la guardia cívica, institución destinada a servir como fuerza disciplinada mientras se reorganizaba el ejército.
Además, diseñó la política internacional que pretendía estructurar el predominio de Chile en el Pacífico y desarrolló una importante tarea en relación a la educación, materializada en la creación del Ministerio de Culto e Instrucción Pública.
Motín de Quillota y epílogo de una vida.
Desde que el gobierno se puso en campaña para enfrentar a la Confederación Perú - Boliviana, el descontento entre militares y adversarios del régimen fue aumentando.
Durante una visita al regimiento Maipo, en Quillota, el ministro Portales fue apresado por el coronel José Antonio Vidaurre. En un intento por sumar apoyo a la revuelta, Vidaurre se dirigió con sus hombres a Valparaíso confiando la vigilancia del Ministro al oficial Santiago Florín. Éste, temeroso de que las fuerzas sublevadas fueran derrotadas, ordenó fusilar a Portales (6 de junio de 1837).
GOBIERNO DE JOAQUÍN PRIETO (1831-1841) Joaquín Prieto Vial era un aristócrata que pertenecía a dos grupos muy importantes: la aristocracia militar del sur y la castellano - vasca de Santiago. Fue un hombre ilustrado de carácter cauteloso y moderado, lo que, sin duda le ayudó a rechazar la influencia de uno u otro bando. Durante su primer mandato (1931-1936) Prieto nombró como ministro de interior a Ramón Errázuriz, pero ante la pronta renuncia de éste designó a un hombre vinculado a Portales, Joaquín Tocornal. Mientras, Portales dejó su cargo de ministro de guerra en 1832 y se retiró de la vida política por un tiempo. Durante su gestión, Prieto debió luchar contra las montoneras de los Pincheira, un grupo de bandoleros sureños que atemorizaban y asaltaban a la población, para lo cual destinó una delegación de soldados que los combatieran dirigido por el general Manuel Bulnes. En Chillán y sus alrededores, Bulnes destruyó las montoneras, detuvo al líder de la banda y liberó a un grupo de mujeres y niños que eran cautivos de los bandidos. Aunque la nación ya estaba en paz, la tolerancia del ministro Tocornal frente a los intentos revolucionarios, llevó a dictar leyes de facultades extraordinarias en caso de cualquier amenaza. Entre otras obras del ministro, destaca su labor el área educacional, ya que se fundó la Escuela de Medicina (1833), la de Farmacia (1833) y la de Obstetricia (1834), cuyo fin era fortalecer la enseñanza médica en nuestro país. En materia jurídica destaca la redacción de la Constitución de 1833, tanto que fue aplicada hasta 1925 aunque incluyó algunas reformas, siendo la carta fundamental de mayor aplicación en el país. La estabilidad y la continuidad de esta constitución permitieron el desarrollo político del país, además de servir a distintos gobiernos, tanto liberales como parlamentarios, lo cual contribuyó a la estabilidad del desarrollo político de la nación. Para algunos historiadores responde al ordenamiento de un gobierno fuerte y autoritario; los críticos creen en una vuelta al pasado, mientras que otros piensan que la importancia que se le ha dado es exagerada, entre otras opiniones. Otro de los hombres claves de Prieto fue Manuel Rengifo Cárdenas, Ministro de Hacienda, cargo en el que logró importantes cambios económicos en el gobierno, y que incluso lo identificaron como "mago de las finanzas". Dentro del área de impuestos, el nuevo ministro abolió determinadas materias de la alcabala y las reemplazó por una especie de impuesto a la renta, el catastro, que se calculaba sobre el valor de los predios rurales y sus beneficios. En el régimen aduanero fijó nuevos aranceles para algunas mercaderías y dejó libres de pago a artículos de progreso (1934) como maquinarias, libros, máquinas de escribir, instrumentos científicos, etc. Además perfeccionó y amplió los almacenes francos de Valparaíso, especie de bodegas donde se guardaban las mercaderías de todos los países a cambio de un pago al fisco.
Para tratar de solucionar los problemas económicos del país tomó una serie de medidas como economizar en los gastos públicos o vigilar la recolección de impuestos, se limitaron los empleos inútiles y se despidió a los funcionarios ineficientes o inescrupulosos. De este modo, las rentas públicas aumentaron gradualmente y permitieron el mejor reparto del presupuesto nacional. "El mago de las finanzas" regularizó la deuda interna y aplazó el pago del empréstito a Londres hasta que la economía estuviera mejor repuesta. Entre las medidas proteccionistas a la economía nacional y la producción de ciertas manufacturas (calzado, velas de sebo, ropa, etc.), Rengifo grabó la internación de ciertos bienes de consumo. En 1835 se otorgó la concesión de una línea de vapores entre Valparaíso y el Callao, al norteamericano Guillermo Wheelright. La economía del país se vio favorecida en 1832 por el descubrimiento del mineral de plata de Chañarcillo, favoreciendo la riqueza y el bienestar general. De dicho lugar salieron luego inmensas fortunas que ,a su vez, fortalecieron el desarrollo del país con mejoras en la agricultura, la construcción de trenes, el mejoramiento de la capital y la explotación de otros minerales, entre otros hechos que avivaron la economía.
GOBIERNO DE MANUEL BULNES (1841 - 1851) Antes de las elecciones presidenciales los candidatos con más votos eran Pinto y Bulnes, pero el matrimonio de Bulnes con la hija del primero resolvió la rivalidad y desarmó la oposición liberal que apoyaba a Pinto. Posteriormente, Bulnes resultaría electo por mayoría absoluta. Manuel Bulnes Prieto pertenecía a la aristocracia penquista y era un hombre sincero, conciliador y de buen sentido que logró devolver la paz a los ciudadanos. Su gobierno fue un periodo de paz, de progreso económico y de bienestar intelectual, sin embargo, el rechazo al régimen portaliano provocó crisis ministeriales, oposición parlamentaria y motines militares que no perturbaron mayormente el orden. Así como su antecesor, Bulnes también contó con importantes ministros que afirmaron el elemento civil en la gestión pública. Entre ellos figuran Ramón Luis Irarrázaval, Manuel Rengifo y Manuel Montt en Interior, Hacienda e Instrucción Pública, respectivamente. Entre las obras de sus primeros años destaca la aprobación de una ley de amnistía y una ley que rehabilitaba militares dados de baja. En el aspecto administrativo, la creación de la Oficina de Estadística (1843) con el fin de controlar datos de población, comercio e industria, y la ley de régimen interior (1844) que entre otras cosas permitió la organización del país en provincias, departamentos y otras subdivisiones, además de otorgar autoridad a los intendentes y gobernadores. En materias de hacienda, el ministro Rengifo además de reorganizar las finanzas, se preocupó del empréstito de Londres, asunto que solucionó en 1842 mediante un acuerdo con los acreedores. Solucionada la deuda externa, los bonos chilenos comenzaron a destacar por sobre los hispanoamericanos en la bolsa de valores de Londres. Poco a poco la idea de un gobierno fuerte comenzó a tener opositores que remecieron la estabilidad alcanzada por el gobierno. En 1844 el artículo “La Sociabilidad chilena” de Francisco Bilbao escandalizó a la sociedad, ya que criticaba el pasado del país y el orden social imperante, por lo que su autor fue multado, expulsado de sus clases de derecho del Instituto Nacional y el texto quemado. Mientras, la muerte de Rengifo y la renuncia de Irarrázaval en 1845 llevaron a nombrar a Manuel Montt, como jefe de gabinete. En Hacienda se designó a José Joaquín Pérez, mientras que la cartera de instrucción se entregó a Antonio Varas. La gestión de Montt y Varas significó para muchos el término de la política conciliadora de Irarrázaval y Rengifo, debido a que por un lado Montt creía, al igual que la aristocracia, en el mantenimiento del orden y la estabilidad, pero a diferencia de dicho grupo, lo basaba en un gobierno fuerte. Varas, por su parte siguió la misma política que Montt. Lo anterior desató una campaña de prensa contra el autoritarismo del titular de interior, cuyos responsables querían alterar el orden, pero el descontento no era generalizado, sólo había respuesta en Santiago. Los partidarios de gobierno crearon entonces la Sociedad del Orden (octubre de 1845) a lo que los opositores respondieron formando la Sociedad Demócrata, cuyo fin era atraer opositores del gobierno. A esta sociedad se agregó también la Sociedad Caupolicán, reconocida como la primera organización realmente democrática del país.
GOBIERNO DE MANUEL MONTT (1851 - 1861) Pese a la fuerte oposición y polémica que despertó la candidatura de un hombre fuerte y autoritario como Montt, la intervención en las elecciones de 1851 lo dieron como vencedor por una amplia mayoría, pero recién en el puesto se enfrentó al estallido de la revolución en La Serena y en Concepción, provincias que se oponían fuertemente al centralismo. El movimiento en La Serena, dirigido por José Miguel Carrera Fontecilla, cayó por sus propios medios, ante la incapacidad de los dirigentes de dominar la situación. Fue entonces que las tropas de gobierno, cuyos jefes eran Juan Vidaurre y Victorino Garrido, tomaron las riendas de la situación. En Concepción, en cambio, el apoyo a Cruz, quien dirigía el movimiento, hizo más difícil la situación. Las tropas de este último llegaron a contar con 3.500 hombres, pero fueron derrotados el 8 de diciembre de 1851 en Loncomilla por el ejército del gobierno, que lo aventajaba por 200 hombres más y liderado por el general Manuel Bulnes. La revolución en el sur del país terminó días más tarde, cuando Cruz firmó el Tratado de Purapel. Manuel Montt se caracterizó por ser un mandatario que mantuvo el orden político a pesar de la oposición en su contra. Como en el ministerio de Bulnes, Montt trabajó junto a Antonio Varas, su principal colaborador y ministro. Tras la revolución implementaron una política de conciliación, que incluso contemplaba un proyecto de amnistía general, pero la mayoría de gobierno, preocupada ante cualquier indicio de revolución, decidió ampliar las facultades extraordinarias del presidente. Con la oposición liberal neutralizada, Montt se dedicó a realizar una obra de adelanto y progreso junto a su gabinete, compuesto en su mayoría por políticos jóvenes. El impulso de consolidar jurídicamente al país, llevó a la administración a realizar reformas legislativas de gran alcance: la abolición definitiva de los mayorazgos, mediante las leyes de 1852 y 1857, y la promulgación en 1855 del Código Civil redactado por Andrés Bello, documento que contempla reglas del comportamiento ciudadano y que incluso sirvió de modelo a códigos de otros países.
CONSTITUCIÓN DE 1833
Bajo el Gobierno del General don Joaquín Prieto Vial (que había asumido en 1831) se instaló la asamblea constituyente que dio la Ley Fundamental de 1833, la Constitución de más larga vigencia, de 92 años, ya que fue derogada sólo en 1925. En general, en su versión original crea un Ejecutivo fuerte, casi omnipotente, y con ese énfasis se aplicó durante sus primeros 50 años, aproximadamente. Empero, el mismo texto constitucional, con algunas modificaciones, sirvió de marco a un virtual régimen parlamentario entre 1891 y 1925.
En su capítulo sexto la Carta de 1833 trata del Congreso Nacional, el cual consta de dos cámaras, la de Senadores y la de Diputados, elegida una por votación directa y la otra en forma indirecta.
En el contexto de la Constitución de 1833, sólo al Congreso corresponde: aprobar o reprobar la cuenta de inversión de los Fondos Públicos; aprobar o rechazar la declaración de guerra contra una nación extranjera, a propuesta del Presidente de la República; extender y resolver respecto de la renuncia que éste haga de su cargo; hacer el escrutinio de la elección del Jefe Supremo de Estado y ratificar cuando no resultase mayoría absoluta y autorizar al Presidente para usar facultades extraordinarias, debiendo éstas ser definidas y de duración limitada.
Algunas de las Principales Disposiciones Constitucionales de 1833:
· El Estado de Chile es una República Unitaria.
· La religión oficial es la Católica Apostólica y Romana, con exclusión del ejercicio público de cualquier otra.
· Tendrán derecho a voto los hombres mayores de 25 años, si son solteros, y de 21 años los casados, que sepan leer y escribir y que posean un bien raíz (sufragio censitario). Con tales requisitos, se estima que el total de votantes en las primeras elecciones presidenciales realizadas bajo esta Constitución, apenas alcanzó al 0,4% de la población.
· El Presidente dura en su cargo por 5 años, pudiendo se reelegido por un período inmediato de igual tiempo (esto posibilitó los llamados "decenios", que es como se conoce a los gobiernos del propio Presidente Prieto, de don Manuel Bulnes [1841 - 1851], de don Manuel Montt [1851 - 1861] y de don José Joaquín Pérez [1861 - 1871]. Después se promulgó una reforma constitucional prohibiendo la reelección inmediata). El Ejecutivo puede nombrar sus ministros y éstos permanecen en sus cargos mientras cuenten con su confianza.
· El poder legislativo es ejercido por el Congreso Nacional.
OTRAS CARACTERÍSTICAS DE LA CONSTITUCIÓN DE 1833
El Poder Ejecutivo. De conformidad a lo dispuesto en esta Carta Política, el Presidente de la República tenía tal cantidad de atribuciones que pueda afirmarse que el régimen que establecí, al menos inicialmente, como ya dijimos, era predominantemente presidencial. En efecto, el Presidente, como Jefe del Ejecutivo, designaba y removía a los ministros, a los Consejeros de Estado, a los representantes o agentes diplomáticos chilenos, a los intendentes y demás funcionarios de la administración. Designaba asimismo a los jueces y magistrados superiores del Poder Judicial, a propuesta del Consejo de Estado declaraba el estado de sitio en caso de ataque exterior o conmoción interna, ejercía el veto en la formación de las leyes.
DISPOSICIONES GENERALES:
La Constitución de 1833 comenzaba repitiendo un error que ya había cometido las constituciones anteriores. Este era el de precisar los límites de Chile, encerrándolo entre el Desierto de Atacama por el Norte, el Cabo de Hornos por el extremo Sur, la cordillera de los Andes por el Este y el Océano Pacífico por el Oeste. En consecuencia, se ha afirmado, con mucha razón, que Chile, oficial y expresamente, fue renunciando día a día a la Patagonia, al Chile trasandino, dejándolo además claramente consagrado en cada una de las propias constituciones.
· ¿Qué atribuciones tenía el Poder Ejecutivo?
· ¿Quiénes tenían derecho a votación?
· ¿Qué elementos del Capítulo Sexto se mantienen en la actualidad?
· ¿Por qué se sostiene que Chile pierde territorios de acuerdo a esta Constitución?
· Realice una línea de tiempo o eje cronológico de los elementos que fueron conformando el proceso de la Constitución de 1833.
· ¿Qué atribuciones tenía el Poder Legislativo?
Desarrollo de la Economía.
La economía chilena se vio muy afectada por el proceso de independencia. A los progresos evidenciados en los años finales de la etapa colonial, siguió el retroceso y estancamiento de las décadas de 1810 y 1820. El Estado fue, en este contexto, el gran impulsor del desarrollo económico desde 1829 en adelante. A diferencia de lo ocurrido en política, se carecía de un modelo teórico homogéneo, característico de esta época fue la coexistencia de posturas proteccionistas y liberales.
Los años de los gobiernos de Joaquín Prieto, Manuel Bulnes y Manuel Montt significaron un importante progreso económico para el país, derivado en especial del ordenamiento y fomento del desarrollo material por parte del Estado.
Sin embargo, hacia fines del gobierno de Montt, por razones de diversa índole, la economía nacional entró en unos años de crisis, particularmente grave en los aspectos financieros.
La agricultura, pilar del desarrollo.
La recuperación agrícola, fomentada en un primer momento por la reapertura del mercado peruano a los productos chilenos, se vio impulsada desde fines de la década de 1840 por los nuevos mercados que Chile encontró para el trigo y la harina: California y Australia. Las ganancias obtenidas por la economía nacional al satisfacer la fuerte demanda creada en esas zonas, junto al crecimiento de las ventas realizadas a los países vecinos, financiaron un ciclo de generalizada bonanza económica, cerrado hacia mediados del gobierno de Manuel Montt.
El auge de la minería.
En esta etapa, la minería aumentó su importancia en el conjunto de la economía chilena. Por un lado, la producción de plata se vio incrementada de manera espectacular, en especial con el descubrimiento de los ricos yacimientos de Chañarcillo y Tres Puntas. Por otra parte, la creciente demanda internacional de cobre producto de la Revolución Industrial, fomentó la explotación de los depósitos nacionales, tales como el de Tamaya. El Norte Chico fue la zona más favorecida con el auge minero, y en torno a él surgieron figuras como José Tomás Urmeneta.
La evolución comercial.
El comercio chileno, que desde los primeros tiempos republicanos fue manejado por extranjeros, estuvo muy influido por la política estatal, que se movió entre el proteccionismo y la apertura, y por procesos externos, tales como el auge de los puertos de San Francisco y El Callao en detrimento de Valparaíso.
A su vez, se manifestó durante el período un continuo interés de los gobiernos por ordenar su funcionamiento, otorgándole un marco legal en el cual funcionar, como ocurrió con la ley de aduanas de 1834.
Los principales productos que Chile exportaba eran los agrícolas, en especial trigo y harina. A ellos se unieron, en estos años, importantes cantidades de plata y cobre. El país importaba productos manufacturados, dado el escaso desarrollo de la industria, la cual se mantenía –en líneas generales– en un nivel artesanal.
En orden descendente, los países con los cuales se mantenía el mayor intercambio eran: Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Perú.
Los transportes.
El relativo incremento del comercio chileno se vio favorecido por, y al mismo tiempo fomentó, el mejoramiento de los transportes, tanto el interno como aquellos que unían a Chile con el mundo. De esta época datan los inicios del tren en el país, así como la introducción de la navegación a vapor en las costas chilenas y el aumento considerable en el tonelaje de la marina mercante chilena. Además, se abrieron nuevos caminos y se arreglaron aquellos que los años de luchas independentistas habían destrozado.
La Sociedad durante el Periodo
Entre las décadas finales de la Colonia y los primeros decenios del siglo XIX, se produjeron diversos procesos que, bajo el período republicano, permitieron la gradual evolución de Chile desde una sociedad estamentalHotwordStyle=BookDefault; a una conformada por clases. Por su importancia destacan: la mezcla de los grupos raciales, la abolición de la encomienda y de la esclavitud de los negros, así como el término de las distinciones nobiliarias. Sin embargo, pese a la teórica igualdad entre todos los chilenos, las diferencias pervivieron y la jerarquía social no sufrió cambios sustanciales.
La aristocracia, era el principal grupo social, y basaba su riqueza en la posesión de la tierra. A partir de la década de 1830 la estabilidad política y el auge económico le permitió aumentar su riqueza, así como la distancia que la separaba del resto de los grupos sociales. La formaba un círculo reducido de familias, provenientes del grupo de criollos del siglo XVIII. Junto al poder económico que le daba la tierra, la elite disfrutaba del poder político y social.
Pese a que el núcleo principal de la elite tenía sus raíces en la Colonia, durante los años de organización republicana se fueron incorporando familias enriquecidas con la minería o el comercio, actividades complementadas, en ocasiones con la participación en el germinal sistema bancario chileno. Entre estas familias se encontraban muchas formadas por inmigrantes llegados después de la Independencia. Destacan los Edwards, Subercaseaux y Gallo. Por lo demás, estos nuevos miembros de la elite también se convirtieron en terratenientes.
Los grupos medios. El comienzo de la vida republicana no supuso grandes cambios para los estratos intermedios de la sociedad. La independencia no les significó mejores posibilidades de ascenso socioeconómico. Formaban estas clases medias los pequeños comerciantes, artesanos, la baja oficialidad militar y los empleados. También pueden ser considerados como parte de ellos los pequeños propietarios de minas del Norte Chico y los dueños de fundos de mediano tamaño ubicados en la zona central del país. En general, carecían de poder político y adherían a las posturas de la elite.
El Estrato Bajo. Sin duda, era el grupo social más amplio y, también, el que tenía mayores diferencias internas. A él pertenecían la casi totalidad de la población campesina, así como aquellos hombres y mujeres que habitaban en los límites de las grandes ciudades. Además, la desaparición de los estamentos y el surgimiento de las clases jerarquizadas por su status socioeconómico, hizo que la masa indígena y los escasos negros y mulatos que vivían en Chile pasaran a formar parte del denominado 'bajo pueblo' . Este grupo carecía de educación y su poder político y económico era mínimo. Constituía la fuerza de trabajo de la economía chilena, contingente laboral mal pagado y poco protegido ante los excesos cometidos por los patrones y grandes propietarios. Principalmente, el 'bajo pueblo' se desempeñaba en faenas agrícolas y mineras. Las figuras típicas eran las del inquilino y el peón, aunque también pertenecían a las clases bajas los vagabundos y bandidos que transitaban entre Copiapó y Concepción. La miseria y marginación en la que vivía este grupo le impidió poder alterar el orden social que lo desfavorecía.
Iglesia y República.
Los tres decenios englobados en el período de Organización Nacional, fueron para la Iglesia años de reordenamiento administrativo interno y de cambios en sus posturas ante la sociedad. Bajo la dirección de hombres como Rafael Valentín Valdivieso, la Iglesia chilena logró crear en torno suyo un grupo de opinión cohesionado formado por clero y laicos, en defensa de sus principios ante la creciente penetración del espíritu secularizante en la sociedad local. Organo del pensamiento de este sector fue la Revista Católica, muy ligada a los grupos políticos conservadores.
De manera paralela, durante estos años se fue retomando desde el interior de la Iglesia la idea de independizar a la jerarquía eclesiástica respecto del Estado chileno. Revivía el viejo conflicto entre aquellos que defendían las atribuciones del Estado y los que consideraban que sólo el Sumo Pontífice era la autoridad a la cual debía estar sujeta la Iglesia de ChileHotwordStyle=BookDefault; . Este enfrentamiento adquirió su mayor virulencia durante el gobierno de Manuel Montt e, incluso, provocó la división entre los políticos de gobierno.