viernes, 3 de septiembre de 2010

Religion y Cultura Colonial

La Iglesia Colonial.
La relación entre la Iglesia americana y la corona española estuvo ligada a lo que se denominaba el derecho de patronato.
En virtud de éste, los reyes hispanos proponían al Papa los candidatos a ocupar los cargos eclesiásticos más altos y establecían la vigencia de los documentos pontificios en las posesiones americanas.
Además, la construcción de edificios religiosos debía contar con la aprobación del monarca y éste cobraba el diezmo.
Paralelamente, entre las jerarquías eclesiásticas y civiles existía una labor de mutua vigilancia.
Sin duda, entre sus labores, la más destacada fue la de convertir a la fe católica a la población autóctona y controlar a la mestiza. Tal tarea se llevó a cabo desde las parroquias creadas en todo el territorio dominado por españoles y mediante las misiones entre los indios rebeldes.
Durante los dos siglos coloniales se realizaron numerosos sínodos, donde se uniformaron los criterios de la labor evangelizadora. El éxito de tal empresa se reflejó hacia fines de la Colonia, cuando el espíritu religioso ya había impregnado por completo la sociedad chilena.
Las formas de sentir y expresar la fe católica cambiaron de una centuria a otra.
En el siglo XVII, las fiestas y devociones eran la principal manifestación religiosa; en el siglo XVIII se evidenció un decaimiento importante en tales prácticas, por lo menos entre la aristocracia, que se orientó hacia expresiones más íntimas y austeras. Mientras, la religiosidad popular siguió apegada a las prácticas festivas, aunque la Iglesia intentó durante el siglo XVIII frenar las expresiones más extremas.
Las órdenes religiosas.
Radicadas en Chile desde los inicios de la presencia hispana, durante los siglos XVII y XVIII las órdenes religiosas fueron adquiriendo una creciente influencia político-social y poder económico.
Especial papel jugaron los jesuitas, pese a ser una de las últimas congregaciones en llegar al país.
Antes de su expulsión en 1767, se habían convertido en la orden más importante, contando con un gran número de colegios y desarrollando una activa labor evangelizadora en todo el reino. Su expulsión repercutió, incluso, en el desarrollo económico colonial, dado el número de bienes de manos muertas que poseían.

La educación en la Colonia.

Aunque ya desde la Conquista existieron algunos establecimientos educativos mantenidos por los cabildos, fue durante la Colonia y bajo la dirección de la Iglesia y las órdenes religiosas cuando la educación chilena se desarrolló.
Un papel esencial lo desempeñó la Compañía de Jesús, la cual abrió numerosos colegios, destacando el convictorio de San Francisco Javier. En 1767, éste pasó a ser dirigido por la Corona con el nombre de Convictorio Carolino, en homenaje a Carlos III.
Las primeras universidades.
En el siglo XVIII los primeros estudios universitarios se dictaron en las llamadas universidades pontificias, que funcionaron en conventos. Dominicos y jesuitas tuvieron a su cargo estos establecimientos.
Sin embargo, la principal institución de enseñanza superior fue creada en 1747, tras la autorización dada por Felipe V en 1738: la Real Universidad de San Felipe. En sus aulas se podían cursar estudios de bachiller y doctor en leyes o teología.
También cabe mencionar la Academia de San Luis, fundada por Manuel de Salas y orientada hacia la educación técnica.
La cultura de la élite durante la Colonia estuvo enmarcada por los grandes movimientos europeos de aquellos siglos: el barroco y el neoclásico.
El primero buscaba exaltar la majestad de Dios y del rey y las jerarquías del mundo como un orden divino.

En cambio, el neoclasicismo hizo referencia a la Ilustración y el desarrollo de la razón como ordenadores del universo y de la sociedad.
De todas maneras, ambas tendencias seculares actuaron en el contexto de la enorme influencia de la Iglesia sobre la cultura colonial chilena.

Iglesia Colonial en Chile

La Iglesia Católica fue, durante el periodo colonial, una de las instituciones más importantes. Si bien en apariencia, y a partir del PATRONATO, parecía estar sometida a la corona española, lo cierto es que actuó en conjunto con los reyes para consolidar, potenciar y expandir la conquista y el poder peninsular.

Esta alianza entre la Corona española y la Iglesia Católica funcionaba a través de dos elementos:

EL REGALISMO, o la doctrina bajo la cual los monarcas españoles se consideraban como “vicarios” del papa en América. Era ejercido DIRECTAMENTE por los reyes, con intermediarios menores (Virrey, Gobernadores) que sólo acataban.

EL PATRONATO, o el conjunto de atribuciones y facultades ejercidas por el rey de España en cuestiones “eclesiásticas”, sobre todo en suelo americano. Estaba ejercido directamente por el rey, si bien en asuntos americanos la representación caía en manos del Consejo de Indias.

Patronato y Regalismo funcionaron en conjunto durante todo el periodo colonial; si el Patronato, por ejemplo, limitaba las decisiones y atribuciones de la iglesia en asuntos americanos, el Regalismo permitía que se mantuviera el poder de la iglesia porque esas decisiones iban de acuerdo con la doctrina cristiano- católica.

¿Cómo se materializa el Patronato?:

  • Pase o retención de “bulas” y edictos papales: el rey tenía la facultad de revisar toda la documentación eclesiástica para asegurarse de que no llegara a América ningún elemento que atentara contra su poder.
  • Fundación, dotación y construcción de iglesias, conventos, monasterios y hospitales: el rey autorizaba y financiaba gran parte de las obras.
  • Elección y presentación de dignatarios eclesiásticos: el rey, o bien presentaba postulantes, o bien autorizaba la designación papal para sus representantes en América (Obispos).
  • “Diezmo”: el rey cobraba directamente este impuesto a través de instituciones encargadas (Real Hacienda), el cual era distribuido para costear los gastos de la Iglesia en América.
  • Concilios y Sínodos: el rey autorizaba, y muchas veces, participaba de concilios y sínodos de la Iglesia en sus territorios.
  • Inmigración de órdenes religiosas: el rey, a través de la Casa de Contratación, registraba y controlaba la migración de sacerdotes, frailes y monjas, dando autorización o rechazo; además, vigilaba que las órdenes religiosas que llegaban a América fueran de su aprobación.

Rol y función de la Iglesia en Chile.

  • Evangelización, educación y defensa de los indígenas: según la legislación indiana, la Iglesia debía tutelar a los indígenas, por ser estos menores de edad.
  • Expansión del territorio: a través de la evangelización, la Iglesia podía ampliar el territorio sometido por la Corona, consolidando además su dominación.
  • Preservación del poder del rey: la Iglesia actuaba en alianza con la Corona, y a partir de la evangelización y la educación debía enaltecer la figura del rey, generando lealtad de los nuevos sometidos.
  • Preservar la fe: a través del control ejercido por el Tribunal del Santo Oficio (Inquisición), aunque en Chile particularmente no existió como institución física (había sólo un inspector); sí en cambio existió en Lima.
  • Control de la población: a través del registro único y exclusivo de los nacimientos, defunciones y matrimonios.

La Iglesia chilena dependía de la “Diócesis” virreinal; sin embargo, y paralelamente a la fundación de ciudades, se autorizó el establecimiento de dos diócesis en la Capitanía General, la de Santiago y Nueva Imperial. Esta última se trasladó a Concepción por el conflicto indígena y la caída de las ciudades al sur del Bío- Bío. Además, en Chile funcionaron dos tipos de cleros: el secular, que son los sacerdotes; y el regular, que son los monjes y frailes de monasterios. Entre los últimos encontramos a los franciscanos, los jesuitas, mercedarios, agustinos y dominicos.

Dos elementos caracterizan la iglesia colonial chilena: las misiones en la Araucanía y la influencia en la sociedad y en la cultura a través de la educación y las artes. La iglesia es la única institución que dicta enseñanza formal a través de sus escuelas. Destaca la enseñanza de la gramática, el latín, la filosofía, teología y derecho en las escuelas jesuitas como el Colegio Máximo de San Miguel y el Convictorio San Francisco Javier. En las artes formales, como la pintura, su influencia se hace evidente por las temáticas religiosas de devoción y evangelización, ligadas al estilo barroco.

La Iglesia tiene injerencia también en la economía ya que es el mayor hacendado de la época, llegando a poseer la mayor cantidad de obrajes; si estos ya eran escasos, imagínense la importancia de este elemento para el abastecimiento local. También se puede afirmar que su influencia política afectó la dimensión económica, en la medida que fue una tenaz y pública opositora a los abusos cometidos por los encomenderos, y en su afán de proteger al indígena promovió y apoyó las tasas de tributos, influyendo indirectamente en la decadencia de esta forma de trabajo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El siglo XVIII: Cambios culturales mundiales y su influencia en Chile.

El siglo XVIII es conocido por la Historia como una época de profundos cambios y transformaciones en todas las dimensiones del acontecer humano. No sólo grandes revoluciones políticas y sociales tienen como escenario este siglo, sino también revoluciones ideológicas, en el mundo de las ideas y del pensamiento. El siglo XVIII redefine el concepto de hombre y su papel dentro de la historia y de la sociedad.
Grandes avances técnicos y tecnológicos presenciamos en el transcurso del XVIII. Hacia mediados de éste, comienzan a verse los primeros antecedentes de la Revolución Industrial, que significó la introducción de la máquina y de la producción a gran escala en la economía de los países europeos. Un ejemplo es la máquina a vapor.
Avances en las comunicaciones son producto de esta revolución. La navegación sufre una transformación significativa con la aparición de los barcos a vapor, que reemplazan a las antiguas carabelas y las naves de grandes velámenes. El barco a vapor permite un desplazamiento más rápido y seguro, que lo hace menos dependiente de las condiciones climáticas y estacionales. El mundo comienza a abrirse a los grandes intercambios.
No obstante, uno de los mayores cambios está dado por las ideas. El movimiento intelectual de la Ilustración, acontecido en Europa durante este siglo introduce nuevos pensamientos y definiciones, revelando un nuevo camino a la humanidad. La Ilustración tuvo alcances macro (grandes), pero destaca por sobre todo su corriente política, fundamento y base de los estados modernos.
Tiene sus antecedentes en Alemania, pero se desarrolla además, y con mucha fuerza, en Francia e Inglaterra. Lema de la Ilustración es la frase del filósofo alemán Imannuel Kant “sírvete de tu propio entendimiento”, y que se refiere a usar la razón humana como fundamento de todo orden social, reemplazando definitivamente a las ideas basadas en la revelación divina y de la iglesia católica. Esto no significa que toda Europa se haya vuelto atea, sino que la religión se “depura”, se limpia de razones o ideas que no tengan una comprobación real y concreta. La importancia de este movimiento es que difunde las ideas de progreso y desarrollo social, educacional y económico, sobre la base de una política adecuada.
Para destacar algunas obras, mencionaremos el trabajo del filosofo Jean Jacques Rousseau, con su libro “El Contrato Social”, en el cual critica duramente los gobiernos déspotas y las monarquías. En el libro, Rousseau señala que cada hombre goza de libertades y derechos inalienables (que quiere decir que no se le pueden quitar o despojar); sin embargo, la vida en sociedad provoca choques entre los derechos de unos y de otros. Para mantenerlos, el pueblo o la sociedad establece un contrato, mediante el cual se regula el cumplimiento de los derechos y se protegen las libertades; y el Gobierno sería el encargado de vigilar y custodiar. A partir de este planteamiento, cada gobierno tendría como deber responderle a la sociedad en la justa medida que fue éste quien le concedió la autoridad. Con Rousseau se habla con propiedad de la denominada “Soberanía Popular”, que significa que el poder y la legitimidad recae en el pueblo, y es él el encargado de nombrar sus gobernantes, o bien, deponerlos si llegasen a no cumplir el contrato.
Otra obra corresponde al filósofo Montesquieu, quien por vez primera plantea la idea de que el poder no es único, y que concentrarlo significa traspasar la barrera de la opresión, el despotismo y el personalismo. Así, define tres poderes básicos de la sociedad: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, los cuales serían independientes unos de otros; ya sea porque el poder ejecutivo es temporal y transitorio. En oposición a la tiranía, Montesquieu no niega la existencia de las monarquías, pero éstas deben funcionar conforme a esta división.
Por último, las ideas de Jhonn Locke, el cual propaga la existencia de derechos fundamentales: igualdad, libertad y propiedad privada, los cuales tendrían la característica de ser inalienables.
La Ilustración y sus ideas despertaron la conciencia de europeos y americanos, siendo base de la Revolución Francesa y de la Independencia de las trece colonias (Estados Unidos).
Influencia de la Ilustración en Chile.
Fueron pocos los criollos que tuvieron acceso a las nuevas ideas, sólo los más educados o una “elite” de criollos.
Sin embargo, los cambios de la administración en el siglo XVIII propagaron estas ideas modernas. Debes recordar que el Despotismo Ilustrado de los Borbones es una adaptación del absolutismo a las ideas nuevas: plantea la concentración del poder, pero este poder debe ir en beneficio del pueblo y su desarrollo. “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Los criollos lograron acercarse a la ideas ilustradas a través del gobierno de los mencionados “gobernadores ilustrados”, o agentes de la corona que propulsaron el desarrollo de Chile, como Ambrosio O’Higgins, Amat y Juniet, Manso de Velasco. La colonia experimentó un notable desarrollo con estos gobernadores, reflejado en la fundación de ciudades, desarrollo del comercio y de la producción, construcción de caminos y embellecimiento de la ciudad de Santiago.
Otro cambio que se experimentó, y que tiene relación con las ideas ilustradas es la liberalización del comercio y la flexibilización del Monopolio de la Corona (1778), que intentó aumentar la producción de las colonias, obtener impuestos a partir de la actividad comercial y contrarrestar el contrabando.
¿Cómo llega la Ilustración a Chile?.
Muchos obstáculos tuvo que sortear la Ilustración para llegar a nuestro país, sobre todo porque ideas como la soberanía popular, la división de los poderes o la libertad e igualdad eran contrarias a lo que la Corona quería estimular. La gran mayoría de los textos y publicaciones fueron prohibidas, Pero siempre existen caminos alternativos, y como se dice “la historia no se puede detener”:
a) Contrabando: si bien el Decreto de Libre Comercio (1778) intentó detenerlo, las sucesivas guerras en que España participó durante el siglo XVIII generaron etapas de desabastecimiento general de las colonias americanas que sólo el comercio ilegal de naciones europeas podía salvar. Así, a través del Atlántico y el Cabo de Hornos llegaron numerosos barcos franceses y holandeses, que no sólo traían productos básicos, sino también artículos de lujo y alguno que otro libro prohibido que cayeron en manos de los criollos.
b) Viajes y viajeros: durante el siglo XVIII la Casa de Contratación perdió importancia con el Decreto, y frente a su desaparición, la política de migraciones se flexibilizó. Esto permitió que algunos criollos pudieran viajar al viejo continente, empapándose de las nuevas ideas. Durante esta época se armaron importantes bibliotecas personales, como la de Don Manuel de Salas, un notable criollo que contaba entre sus textos más preciados la Enciclopedia de Diderot y D’ Alembert, el Emilio y el Contrato Social, de Rousseau.
c) Política productiva- comercial: el impulso que dio la Corona a la producción y el comercio permitió que los criollos, hábiles productores de haciendas, se acercaran hacia una nueva forma de llevar sus negocios: el comercio. Ya no sólo importaba autoabastecerse, sino también acumular riquezas e INVERTIR, planteamiento que es base del Capitalismo. Esto no quiere decir que los criollos se volvieron capitalistas, pero sí olieron sus principios.
d) Desarrollo de una literatura nacional: durante el siglo XVIII florecieron importantes obras y tratados de política, historia y geografía que de una u otra forma propagaron una idea de identificación con el suelo chileno. Los precursores de estos trabajos fueron principalmente jesuitas en exilio, como Manuel Lacunza; si bien es importante este aspecto, hay que destacar que muy pocos criollos tuvieron acceso a la lectura de este trabajo.
e) La Revolución Francesa y la Independencia de Estados Unidos: la Revolución Francesa despertó en los criollos un resentimiento hacia los movimientos populares, que los veían con desconfianza por ser violentos y atentados contra la lealtad hacia el rey. La Independencia de Estados Unidos fue vista con aceptación por su carácter ordenado y de mejora social; llamaba la atención de los criollos el rápidos desarrollo y crecimiento que las trece colonias lograron luego de hacerse independientes de Inglaterra, enemigo de España. Si bien pueden ser consideradas ambas como causas de la Independencia de Chile, esta fue indirecta, ya que no movilizaron a los criollos a generar revueltas ni movimientos autónomos. Lo que sí hay que destacar, es que sirvieron de ejemplo para la formación de los gobiernos independientes; las obras del Primer Congreso Nacional y de la Dictadura de Carrera se basan en los principios de los dos grandes movimientos del siglo, principios que a su vez fueron recogidos de la Ilustración.
Para tener en cuenta:
Conceptos clave:
- Soberanía popular.
- División de los poderes.
- Autogobierno y autonomía.
- Revolución francesa.
- Independencia de las trece colonias.
- Ilustración.